Esta característica salsa fusiona la dulzura de la miel con el profundo aroma salado y umami de la soja.
Es ideal para salteados, pero también para dorar costillas o alitas de pollo con un toque de ajo. Y va de maravilla con platos de pasta al estilo oriental. También la puedes usar para preparar marinadas y adobos para tus chuletas de cerdo o el pollo a la barbacoa: te chuparás los dedos.