Lo más importante es el equilibrio.
Un puñado de verduras y hortalizas frescas, tiernas y jugosas. Un poco de pollo o salmón, ricos en proteínas. Una pizca de hidratos de carbono, en forma de arroz o fideos orientales. Así de sencilla es la receta de las comidas caseras y familiares en China, muy nutritivas.
Unas gotitas de aceite, calor y cariño
Un salteado a fuego bien vivo, con apenas una cucharada de aceite: esa es la base de un auténtico plato chino, con todo su sabor y sus nutrientes. Además, esta técnica nos permite preparar y combinar alimentos al vapor, guisados y sofritos. Todo ello con poca presencia de aceite. Y sin demasiado esfuerzo, además.
Hora del té
A menudo ponemos la tetera al fuego después de cenar. ¿Por qué? Pues porque se dice que el té chino facilita la digestión y ayuda a limpiar el estómago tras la comida.